El primer cuaderno fue escrito durante un curso de pastillaje y pastelería que
realizó Alice en 1970. Para mi sorpresa la primera receta era
merengón de fresa, después de muchos merengues fallidos durante la
cuarentena no tenía certeza de que fuera a lograrlo.
A pesar de ello, decidí realizar la versión dietética del postre y en cuanto
tuve todos los ingredientes inicié el primer reto de esta travesía.
La receta transcrita del cuaderno:
Se bate la clara a punto de nieve, cuando ya está con bastante consistencia se le agrega el tártaro y se siguen batiendo. Se le agrega la libra de azúcar y las gotas de limón, luego se forma el merengón en una bandeja engrasada que se pueda llevar a la mesa y al horno a 200 grados por 1 hora. Se bate la crema de leche con el azúcar pulverizada y se le agregan las fresas enteras, esto se coloca sobre el merengón. Se decora con las fresas más grandes.
Siguiendo la receta primero batí las claras de huevo en una batidora
automática. Cuando tenía la estabilidad suficiente para formar picos agregamos
el cremor tártaro, la estevia y el limón. Finalmente, supimos que el merengue
estaba listo cuando la consistencia permitía boltear el tazón sin que se
cayera.
Con una manga pastelera construí las formas de los merengues sobre la bandeja
y los llevé al horno por un poco más de una hora.
Para terminar la receta mezclé la crema de leche con pedazos pequeños de fresa, guardando las más grandes para decorar. Acomodamos los merengues, la crema de leche y las fresas en unas copas de vídrio. No pasaron muchos minutos para que nos lo comiéramos todo, el resultado tuvo un puntaje de 8.7/10 (¡mucho más exitoso que los intentos pasados!)